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Cada nacimiento es una historia única, pero detrás de cada neonato hay un camino silencioso que comienza meses antes: la nutrición materna. En la Clínica Bienestar, entre 2019 y 2021, ese camino reveló una verdad contundente: el estado nutricional de una madre es, en gran medida, el primer determinante del futuro de su hijo. La anemia, la edad materna, los controles prenatales y las condiciones de vida se entrelazan para definir desde el peso hasta la vitalidad con la que un bebé llega al mundo. Este estudio, construido a partir del análisis minucioso de 457 historias clínicas, permitió observar patrones que hablan de esfuerzo, obstáculos y realidades diversas. La mayoría de los neonatos nacieron con un peso adecuado, reflejo de madres que lograron mantener una hemoglobina normal y acudieron a controles prenatales. Sin embargo, también emergieron casos donde el bajo peso o el sobrepeso evidenciaron desigualdades y deficiencias en la nutrición materna, especialmente en mujeres jóvenes, con pocos seguimientos o sin registros completos. El bajo peso al nacer uno de los problemas más relevantes a nivel mundial se manifestó aquí como un indicador poderoso de vulnerabilidad. No solo afecta la supervivencia inmediata, sino también el crecimiento, la inmunidad, el neurodesarrollo y la calidad de vida futura. Este trabajo demuestra que cada gramo cuenta, cada control prenatal suma y cada intervención oportuna puede cambiar el destino de un recién nacido. Más que números, esta investigación reúne fragmentos de vidas: madres que luchan por gestaciones saludables y neonatos que comienzan su historia marcada por decisiones y circunstancias antes de respirar por primera vez. Los resultados invitan a fortalecer la educación nutricional, combatir la anemia gestacional y garantizar un control prenatal accesible y continuo. Porque el bienestar del neonato no empieza en la sala de parto: empieza en la vida y salud de la madre, mucho antes de que el llanto del recién nacido llene la clínica.